Historia de la enfermedad
Hombre de 26 años, fuertemente diestro, estudiante de
ingeniería. Siempre ha vivido en un medio hispanoparlante y nunca ha viajado
fuera del país. Sólo conoce algunos rudimentos de inglés y ocasionalmente lee
textos universitarios en inglés, pero no puede hablarlo ni siquiera al nivel
necesario para mantener una conversación simple.
Dos meses antes de la evaluación actual, durante
las horas de la mañana y luego de varios días de cefalea, el paciente perdió
súbitamente la conciencia y cayó al suelo. Posteriormente se evidenció una
monoparesia superior derecha, un facial central derecho e imposibilidad para
hablar.
Una semana más tarde se tomó una TAC cerebral que
mostró una peque- ña zona de hipodensidad frontal izquierda correspondiente al
área de Broca. Se hizo un diagnóstico de un accidente cerebral embólico
consecuente a una cardiopatía congénita. El paciente permaneció hospitalizado
durante una semana.
Durante las siguientes semanas presentó una
recuperación progresiva de su lenguaje expresivo, aunque nunca recibió terapia
del lenguaje. Al final del primer mes pudo producir algunas palabras.
Posteriormente apareció un marcado estilo telegráfico de expresión. El déficit
motor disminuyó y finalmente desapareció.
Evaluación del lenguaje
Al momento del examen el paciente no presenta
ningún déficit neurológico. Su lenguaje espontáneo era discretamente no fluido,
con utilización de frases cortas, moderado agramatismo, disprosodia y muy
marcado acento extranjero.
El paciente se siente preocupado y molesto con este
acento extranjero. Señala que se ha convertido en el centro de atracción en
todas partes y los demás se dirigen a él como si fuese extranjero. Su acento se
identifica con el acento de un angloparlante nativo hablando español como segunda
lengua.
En su lenguaje espontáneo se observan desviaciones
fonéticas y eventuales parafasias literales. Los errores gramaticales aparecen
con una frecuencia de aproximadamente uno en cada 30 palabras. El paciente
presenta cambios fonéticos-fonológicos que afectan aproximadamente 5% de los
fonemas. Estos cambios eventualmente resultan en sonidos inexistentes en
español. Además, el paciente muestra una inadecuada utilización de los rasgos
suprasegmentales del lenguaje.
Pruebas aplicadas
· Escala
de inteligencia de Wechsler para adultos.
· Prueba
de Boston para el diagnóstico de las afasias.
· Prueba
de las fichas.
· Prueba
de lectura, escritura y cálculo.
· Prueba
de denominación de Boston.
· Prueba
de fluidez verbal.
Resultados de la evaluación
Se trata de un paciente colaborador, bien orientado
y crítico de su defecto. Obtiene un CI total de 102 puntos, sin ninguna
diferencia apreciable entre el CI verbal y el CI de ejecución (102 y 101
respectivamente). No se observaron dificultades espaciales o construccionales:
su puntaje en la copia de la figura compleja de Rey- Osterrieth fue de 34/36
correspondiente al percentil 72 de acuerdo a su edad y su nivel educacional.
En la prueba de Boston para el diagnóstico de las
afasias no se observan errores en la denominación de objetos o partes del cuerpo.
Aunque no presenta errores evidentes en la repetición de palabras y frases, si
se reconocen errores ocasionales en la repetición de palabras de muy baja
frecuencia. El perfil obtenido en la prueba de Boston para el diagnóstico de
las afasias corresponde con una afasia de Broca leve. Su buen nivel de
comprensión del lenguaje se manifiesta en un puntaje de 34/36 (normal) en la
prueba de las fichas.
Su lectura en voz alta es lenta y el paciente
presenta numerosas paralexias literales que el mismo paciente autocorrige. En
la lectura de textos tiende a omitir los artículos, las conjunciones y las
preposiciones. Realiza una lectura silenciosa con el doble de la velocidad
observada en la lectura en voz alta. La comprensión en la lectura se encuentra
bien conservada.
Conclusión
Se trata de un hombre joven quien asociado a una
cardiopatía congénita presentó un pequeño infarto embólico restringido al área
de Broca. Inicialmente mostró una monoparesia superior derecha y una imposibilidad
para hablar.
Su déficit motor evolucionó rápidamente. Su defecto
en el lenguaje se manifestó posteriormente como una marcada afasia de tipo
Broca, con severo agramatismo resultante en un estilo telegráfico que expresa
en pérdida notoria de la fluidez, reiteraciones, simplificaciones silábicas y
reducción, tanto en la longitud y complejidad de las frases, como en la
cantidad total de su producción. Sin embargo, en el momento del examen, dos
meses después del accidente, sólo se observa una discreta lentitud en su
lenguaje, des-automatización y leve agramatismo.
Es sobresaliente en este estadio de su evolución su
muy marcado acento extranjero, resultante de la pérdida leve en la fluidez
verbal, los cambios fonéticos-fonológicos que evidencia el paciente, el uso
inadecuado de los rasgos suprasegmentales del lenguaje, y probablemente también
el discreto agramatismo residual existente.
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